martes, 21 de abril de 2009

Operación "Viaje al Materno"

Dice la gente que si uno tiene ganas de llorar mejor se va para maternidad. La frase ha servido de justificación para todo tipo de personas: pediatras, parturientas, neonatos, papás primerizos, fetos, abuelos calenturientos, carretoneros, estudiantes de medicina, vendedores de marugas, orquestas de aficionados, todo el que usted quiera.
Ayer Hércules y yo, como el libro de Robert Graves, planificamos una aventura legendaria por allá por el el Materno. No porque tuviéramos ganas de llorar. Aunque algo de eso hubo después de caminar desde el parque hasta allá. Sino porque allá queda la nueva residencia del viejuco.
El legendario Hércules llamó como una hora a mi trabajo. Justo cuando yo levanté el teléfono parace que se asustó y colgó. Al final tuvo que hacer más de la mitad del camino por gusto.
La Hércula nos preparó tremendos espaghettis (que conste: bajo mi experimentada dirección) y nos comimos casi dos manos de platanitos mientras conversábamos sobre:
1-Las fotos del Yuso en la pasarela.
2-El paradero de Sabucedo.
3-Por qué la gente de la UCI no escribe en el blog.
4-Lo feo que está Amé en unas fotos de hace cuatro años. Comentamos que no ha cambiado mucho desde entonces.
5-Sobre la muchachita de Abdelazis que se parece a Salá, por lo artista, claro.
6-El catarro gigante de Hércules.
7-La vida en rosa de Lepingue.
8-La Hércula que se ríe de todas las pesadeces de Hércules.
9-Los dos o tres comemierdas que escribimos todas las semanas.
10-El presunto paradero de Arre (ETECSAAAAAAAAAAA) que hace rato no da señales de vida.
Yo pensaba que mi guagua salía a las nueve. Hércules y yo programamos otro viaje legendario hasta la terminal. Echamos tremendo a pie. Durante el camino conversamos sobre:
1-La vez que le tiramos un bellom a Pedro Zis.
2-El machete que el Guajiro le sacó al Conejuma porque se quería cagar en su taquilla.
3-La vez que Sabucedo luchó contra Vietnam.
4-Los juegos de basket y la cabeza de toro.
5-Dos o tres cuentos de Roche.
6-El día que al Yuso se le cayeron los espejuelos para el hueco.
7-Las clases de salá.
8-El satán y Magnesio.
9-Los todólogos.
10-El sonambulismo del Yuso.
Mi guagua no salía a las nueve sino a las diez y media. Nos sentamos en el parque que está frente a la terminal. Un tipo empezó a mortificar a una gato. Se quería congraciar con una chiquita que estaba allí con él. "Ahorita tú verá que el gato descojona al tipo y la chiquita se ríe de él", dijo Hércules. Después agregó: "Así va a ser el Yuso cuando sea viejo: viejo, calvo, con titimanía y comemierda". Perdón, eso último lo pensé yo. Después nos fuimos para la parada de la guagua de Hércules. Allí conversamos sobre:
1-La vez que el 2 le dijo a Isvel que era una cagao.
2-La vez que el Yuso le rompió a Roche el oscilógrafo.
3-La vez que el vampiro le rompió una botella al Moña en la cabeza y todo el mundo pensaba que era jugando.
4-La vez que Roche se quería desgraciar con Lepingue.
5-La vez que Salá encontró al Satán.
6-La vez que Taquilla no dejó cagar a Hércules su mojón legendario.
7-La vez que Rubidio recibió tres invitaciones para una fiesta colectiva de Polema.
8-La vez que nos cogieron en la piscina por la noche y el Moña se comió las croquetas de la guardia, como 60 croquetas.
9-La vez que le gritamos "cabezaepinga" a Gustavo.
10-Lo bueno que habían sido esos tiempos.
Al final me tuve que ir para la terminar y dejar que Hércules caminara legendariamente hasta el materno. Por supuesto, no tenía ganas de llorar. Salió una guagua a las diez y diez, pero me había rankeado y no saqué para esa.
Tuve que esperar a la de las diez y media. Cuando ya todos estábamos montados en el ómnibus, el carro no quiso arrancar. Tuvimos que bajarnos todos y empujar y empujar y empujar. Al cabo de media hora, sudados, cansados y empingados, el motor ronroneó y por poco nos dejan abajo. Llegué a mi casa a las once y media. Tenía ganas de llorar.

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