lunes, 6 de julio de 2009

Días de fútbol

Hace dos semanas que no entro al M-7. Unos hongos me querían comer los pies. El médico dijo: “Vamos a intentarlo con el permanganato de potasio sino hay que amputar”. Y bueno, a nadie le gusta que le cambien el nombre. Pasaría de El Profe a El Cojo, El Cojito o quizás un derivado peor.
Como la cosa entra por el pie me gustaría hablar un poco del fútbol. Específicamente de La Academia, que era como le decían al piquete del aula de nosotros. Me acuerdo que el Yuso ocupaba la portería, Ricar2 y Rb estaban en la defensa, Picasso y Andinga en los laterales, Elpidio repartiendo pelotas y gritándole al copón divino y el Guachico y Leslie en la delantera porque los dos eran zurdos.
Los que no cabían en el equipo armamos un timbiriche para competir en la liga B. Yo de portero, Hércules y Burdajá de defensas, Landiro en el medio, Lepingue de Pivot (porque se quitaba cuando la pelota venía para encima de él) y Cucarachito de delantero. Saucedo hacía el papel de porrista y a veces Limón entraba a jugar con nosotros.
El equipo de principal tuvo su mejor ubicación en décimo cuando quedaron segundos en el campeonato. Recuerdo que aquella noche llegamos Hércules y yo al albergue y todos estaban tristísimos. Habían perdido la final por no saber tirar finales.
Después no volvió a ser lo mismo. Le perdimos el interés a la cosa. En doce pensamos llegar más lejos con el refuerzo del Dicky, el palestino que vino a estudiar para el concurso de Química. De todas maneras me encantaba ir a los juegos en la canchita del Floro. Y todavía me acuerdo de aquella pelota que el Floro trajo firmada por el segundo portero de de Francia.
También la vez que Elpidio tiró para la portería contraria y Andinga estabe metío en el medio. La pelota le dio sin querer a Andinga y entró de gol porque el portero se confundió. Andinga hizo eso dos o tres veces, la mayor parte de ellas en su propia portería. Un par de veces hubo que aguantar al Yuso para evitar una desgracia.
Los del equipo B éramos arena de otro costal. Jugamos un solo partido y le dimos tremenda mano de leña a la gente del cinco y del seis. Me acuerdo que uno dijo que aquello no era rugby sino soccer. Pero en la liga B no había árbitros.
El juego del siglo se efectuó una vez entre el ocho y el cinco, los roqueros y las bestias. Discutían el último lugar del campeonato. Delvis, WelFEO, le fue a una pelota y Dionisio, SuperFEO, metió la cabeza en el medio. El superfeo estuvo cinco minutos tirado en el piso. Allí comenzó la guerra de Feos Transformer. Sólo faltaban el Guachico, Burdajá y Fernesto para completar el equipo Cuba de feos.
Otra vez un piquete del aula, como 12 o 13, nos pusimos a jugar contra cinco árabes. Aquello enanos parecían tener nafta en el tanque. El Yuso gritaba constatemente: “¡Defensa!, ¡Defensa!”. Y nadie le hacía caso, a lo mejor por eso el partido estaba como 7x0 a favor de los visitantes. Hasta que Rb se cansó y le dio una patada a un áraba por la caja del pan. El árabe se tiró en el suelo y susurró: “Acabbo connmiggo”. Ahí se terminó el partido.
Podría hacer más historias, hablar de Lepingue y el Floro, de Cucarachito, de las historias del Yuso, de la peste del Limón al terminar los partidos. Pero eso se los dejos a ustedes.
A propósito la dirección del Chicouuuu es chicken@can. manicaragua.vcl.cu. Escríbanle.

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